-La cuestión argentina del transporte: destrucción del sistema ferroviario.
En el Le Monde del mes de mayo, salió un artículo bastante interesante, escrito por Julio Sevares, que trata la situación del ferrocarril argentino.
Desarrolla diferentes cuestiones entre las cuales se destaca el detrimento que tuvo en Argentina el ferrocarril, las consecuencias económicas que esto implicó y tocó un tema de la actualidad como el proyecto argentino para un tren “bala”, en realidad, de alta velocidad.
Es importante remarcar como participó el gobierno neoliberal que encabezó el justicialista Menem en la década del 90. Argentina, había llegado a ser el país latinoamericano más desarrollado a nivel ferroviario. Contábamos con 50.000 km2 de vías férreas. Antes de que asuma el riojano, esa cantidad había bajado a 40.000, pero cuando terminaron sus dos presidencias, con las privatizaciones el número descendió trágicamente a menos de 10.000 km2.
Quizás una de las consecuencias importantes de ésta “destrucción del ferrocarril” como señala el título de la noticia es la fuga masiva de la gente que vivía en los pueblos hacia los centros urbanos. Si muchos pueblos dependían del ferrocarril para trasportar sus productos vieron estancadas sus economías regionales. Como ya dijimos, esto logró un efecto de migración masiva, atrayendo otros conflictos. Se podría decir que la destrucción del ferrocarril es la base de una larga cadena de sucesos interrelacionados entre sí. En esta línea causal de trágicos procesos sociales, se encuentra un problema sin resolver en Argentina. El de la seguridad vial. ¿En cuánto contribuye la desaparición del ferrocarril en esto? Obviamente muchos tuvieron que migrar, pero los que se quedaron, se vieron obligados a tener que transportar sus productos en camiones, un medio mucho más caro. Por lo tanto, hoy vemos las rutas congestionadas de camiones, lo que complica el mantenimiento del asfalto y ocasiona muchos accidentes. Al no haber tren, los turistas deben viajar, también por un medio más caro; los ómnibus de larga distancia, que hoy en día son tan criticados por los sucesivos accidentes que éstos atraen y por la mala condición laboral de los conductores que deben conducir durante varias horas sin descanso (esto genera innumerables accidentes). Pero sabemos que no se intentó mejorar esta situación con el aumento de la red vial, y el precio del transporte debió aumentar. Todo esto sin contar con el terrible perjuicio que atrae a la economía argentina, ya no solo por no poder contar con sus economías regionales sino también por el hecho de hacerse dependiente de medios de transporte que utilizan nafta. La dependencia del petróleo aumenta, en un país dónde la única empresa estatal que se encargaba de la explotación de éste recurso fue privatizada, también, en esa ola neoliberal que atacó al país con el menemismo en la década del 90. Indudablemente, no hay mucho que aclarar con que el aumento del uso de los recursos fósiles daña el medioambiente.
El perjuicio económico que esto atrajo a
Con esta situación, el ferrocarril, privatizado como está, responde a sectores agrícolas que lo articulan de acuerdo a su “ecuación de beneficios”.
Para colmo, las pocas redes ferroviarias que tenemos están en mal estado, lo que hace que el tren tenga que funcionar mucho más lento.
· El tren bala, ¿solución o derroche?
Hoy en día nos encontramos con un gobierno que, lejos de diferenciarse de las políticas neoliberales de la década del 90, impulsa un nuevo proyecto desestabilizador, antidemocrático y elitista. Con la excusa ya conocida (pronunciada por el menemismo y todos los voceros del neoliberalismo) de entrar en el primer mundo y modernizarnos el gobierno peronista conducido por el matrimonio Kirchner tiene en su mente construir un tren “bala”, aunque en realidad sería uno de alta velocidad que alcanzaría los 320 Km./h. Es insensato pensar en un proyecto tal, que costaría alrededor de 4 millones de pesos, que sólo a Buenos Aires con Córdoba, pasando por Rosario y también iría hacia Mar del Plata. Obviamente con sus fines turísticos sería un lujo para la clase más alta argentina y si se utiliza para fines comerciales, lejos estaría de reconstruir las economías regionales sino que ayudaría a los grandes productores, poseedores de grandes riquezas, acelerar su exportación y comercialización. Éste proyecto del gobierno montonero (¡?) ensancharía la brecha entre ricos y pobres, acentuando aun más el sistema neoliberal reinante en nuestro país.
La construcción del tren bala estaría destinada a una empresa extranjera (de capitales franceses). Lo cual haría que nos endeudemos más (recordemos que la deuda externa ha aumentado en un gobierno que se jacta de haberla pagado, otra medida anti popular, porque la deuda se paga con el hambre del pueblo) con capitales e inversionistas extranjeros. Éste situación indudablemente me hace recordar a
Es necesario reconstruir la red ferroviaria argentina, que pertenezca al estado para que pueda elegir como distribuir las riquezas, que se reactiven las economías regionales en pos del federalismo y se reactive también la industria nacional ferroviaria, descentralizando el poder de los centros urbanos y generando más riquezas en las provincias.
2 comentarios:
Muy explicativo en cuanto a las consecuencias sobre la destruccion del ferroviario argentino, pero me gustaria q expliques antes de las consecuancias, las causas por las cuales se tomo tal decision.
muchas gracias por lo que escribiste me ayudo con una tarea muy dificil en ciencias sociales sobre laconstruccion y la expansión del ferrocarril
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