viernes, 22 de agosto de 2008

Julio Cortázar. Literatura y Compromiso.

Julio Cortázar. Si lo tenemos que describir sus obras hasta se las podrían considerar cómo fantásticas, aunque sin embargo, como sabemos, él no lo ve de ese modo, por el contrario intenta demostrar cómo lo irreal va a dejar de serlo cuándo se lo pueda entender, criticando así el pensamiento judeocristiano de occidente. Sus cuentos se pueden hasta tomar como puras metáforas. Desde lo irreal o fantástico, en realidad, plantea diferentes situaciones que podrían ser consideradas “reales”. Podemos hablar de una especie de “moraleja” o “mensaje”. Pero mi ensayo no va a estar destinado a explicar un cuento muy cortazariano o que se atenga a la clasificación de sus cuentos. “Reunión” es un cuento verídico, con un protagonista que existió y con un conflicto real. Tal vez, sí, las características generales no sean específicamente las que lo distinguen. Pero no fue escrito ni al azar ni por casualidad. A pesar de ser totalmente realista y verídico, su objetivo fue dejar un mensaje. La lectura no termina con el punto final de su obra. Lo que intenta lograr con este relato es lo mismo que busca con sus historias “fantásticas”. Tiene un trasfondo que tiene que ver con lo que a él mismo le pasaba, una sensación que tenía, y que a través de la narración que será analizada intenta transmitir a los demás. Por lo tanto podemos ver en este cuento (que a primera vista puede resultar ajeno a su literatura) una de sus mayores particularidades a la hora de escribir: buscar que el lector reinvente la obra, que no quede estancada en una lectura tradicional y que pueda reescribirla a través de determinadas inferencias.
“Reunión” fue escrito en 1966 y está basado en la Revolución Cubana, mejor dicho cómo el Che Guevara se introduce en ésta y el tortuoso camino llevado a cabo para conseguir el triunfo. Está narrado en primera persona y en él se ve la lucha, las adversidades a las que debe enfrentarse, la pérdida de compañeros, etc. Oculta a Fidel Castro y su hermano Raúl, en los personajes de Luis y Pablo. Pero no fue hecho en forma de homenaje ni siquiera de reivindicación. A mi parecer es una viva expresión de arrepentimiento y de remordimiento. Veremos, que él mismo reconocerá al pisar Cuba poco después del triunfo revolucionario, y vincularse con el pueblo de la isla, que se dio cuenta del vacío político que había tenido su vida hasta entonces. Por lo tanto tomo “Reunión” para poder explicar lo que llevó a Cortazar a escribir algo que parece ser muy lejano a sus características, pero que lo transformará para el resto de su vida. Intentaré dar una perspectiva de que lo llevó a escribirlo y que quiso decir con el cuento.
El porqué lo escribe, lo explica él mismo en una entrevista. Aclara que su participación había sido muy limitada mientras había vivido en la Argentina. No pasaba de una charla en un café o de un debate intelectual. Con sus amigos, siempre había mantenido diferentes posturas ante determinadas situaciones, pero nunca lo había llevado a la práctica ni había tenido algún grado de militancia. En la entrevista dice “Es decir que yo me sentía antiperonista pero nunca me integré a grupos políticos o grupos de pensamiento o de estudio que pudieran tratar de llegar a hacer una especie de práctica de ese antiperonismo. […] En un caso, claro, estábamos por los republicanos, pero ninguno de nosotros fue a combatir como voluntario a España y ni siquiera actuó políticamente en asociaciones republicanas en Argentina. Y naturalmente, cuando la segunda guerra mundial éramos todos antinazis, pero ese antinazismo no se tradujo nunca en ninguna militancia. […]Digamos entonces que mis decisiones políticas ya estaban tomadas y daban hacia la izquierda, pero no pasaban de una opinión, en realidad era un punto de vista que no se diferenciaba mucho de los puntos de vista que yo podía tener sobre la literatura o sobre la filosofía.”
Es aquí cuando empiezo a percibir que al escribir “Reunión” Cortazar se sentía arrepentido. Digo esto porque él reconoce no tener participación política cuando vivía en su país. Y la forma en que se da cuenta de eso, de que su participación había sido limitada, es también la causa que lo fomenta a escribir el relato; la Revolución Cubana. Al pisar Cuba poco después del triunfo revolucionario y tener contacto con la gente, con dirigentes y ver la situación del país, se dará cuenta de que por fin estaba frente a un hecho consumado y que su participación ya había superado el umbral de una simple “discusión ideológica”. Como le explica al periodista en la entrevista fue un acercamiento al socialismo, y sobre todo un acercamiento a una forma de ver la situación latinoamericana. Es así como lo explica “la revolución cubana me mostró, me metió en algo que ya no era una visión política teórica, una postura política meramente oral: esa primera visita a Cuba me colocó frente a un hecho consumado. Yo fui muy poco tiempo después del triunfo de la revolución —la revolución triunfó en 1959 y yo fui en 1961— en momentos muy difíciles en que los cubanos tenían que apretarse el cinturón[…], esa relación con los dirigentes y con los amigos cubanos, de golpe, sin que yo me diera cuenta (nunca fui consciente de todo eso) y ya en el camino de vuelta a Europa, vi que por primera vez yo había estado metido en pleno corazón de un pueblo que estaba haciendo su revolución, que estaba tratando de buscar su camino.” Esto lo haría repensar su postura ante el peronismo. Reconoce que no supo entenderlo y que aunque no estaba de acuerdo con muchas cosas del movimiento de masas justicialista éste tenía ciertas analogías con Cuba: “Y ése es el momento en que tendí los lazos mentales y en que me pregunté, o me dije, que yo no había tratado de entender el peronismo. Un proceso que no pudiendo compararse en absoluto con la revolución cubana, de todas maneras tenía analogías: también ahí un pueblo se había levantado, había venido del interior hacia la capital y a su manera, en mi opinión equivocada y chapucera, también estaba buscando algo que no había tenido hasta ese momento.”
Indudablemente éste hecho golpeará muy duro en el escritor. Se había dado cuenta de que su vida política en Argentina estaba reinada por un gran vacío. Eso lo haría cambiar en su forma de ser, de actuar y su compromiso, aunque no habrá otros cuentos tan realistas como “Reunión” o que sean tan políticos como éste, el autor se convertirá en un referente del pensamiento latinoamericano siendo un ferviente opositor a las dictaduras chilenas y argentinas. Su paulatina transformación, la explica de la siguiente forma: “La revolución cubana me mostró entonces y de una manera muy cruel y que me dolió mucho, el gran vacío político que había en mí, mi inutilidad política. Desde ese día traté de documentarme, traté de entender, de leer: el proceso se fue haciendo paulatinamente y a veces de una manera casi inconsciente. Los temas en donde había implicaciones de tipo político o ideológico más que político, se fueron metiendo en mi literatura. Ése es un proceso que se puede ir apreciando a lo largo de los años.”
Peter Standish describe al cuento cómo una obra que nace de la visita de Cortazar a Cuba, que como hemos visto y a esta altura podemos afirmarlo, convirtió totalmente al escritor argentino. Marca también, como este click transformador lo convierte en el que más adelante se solidarizará con los nicaragüenses sandinistas, o con los presos políticos en Latinoamérica proveyéndolos de fondos mediante donaciones de los derechos de autor. Pero sin embargo aclara que en su literatura no será tan evidente el cambio. Si bien, como Cortázar enuncia más arriba que el cambio fue entrando de a poco en su literatura, ningún cuento o novela será tan verídico, realista y político como este, aunque a través de diferentes interpretaciones se puedan obtener conjeturas diferentes sobre algunas de sus obras.
Con todo, puedo decir que ya he aclarado porqué considero a “Reunión” como una expresión de arrepentimiento. Pero al comienzo del ensayo aclaré que a mi parecer no era ni un homenaje ni una reivindicación. Es muy poco probable por las características del autor que el cuento sea una mera dedicatoria a la Revolución. Por el contrario debemos ir un poco más allá y entender que fue escrito, cómo ya he demostrado, por la necesidad del autor de expresar una disconformidad con el compromiso que había encarnado antiguamente. Pero también podríamos decir que Julio Cortázar iría de a poco perdiendo ese encanto hacia la Revolución Cubana y que además nunca quiso hacer de su literatura un homenaje al socialismo, cosa que le ha sido criticada. El desencanto (que no haría cambiar su posición y sus creencias ante la situación latinoamericana) será producto de la falta de libertades en la isla, del carecimiento de “humor” de los revolucionarios. Creía que la revolución corría el riesgo de entroncarse y de entrar en la mediocridad y la burocracia. Por lo tanto con estos pensamientos y críticas ante el gobierno de Fidel Castro comenzaría a ir en contra del dogmatismo socialista. Creyendo que una revolución podía ir acompañada del juego, de alegría y de libre expresión. Christian Gundermann intenta explicar un poco esta desviación cortazariana del dogmatismo socialista y dice que ya en el cuento “Reunión” podíamos entreverlo: “La obra de Cortázar es un sitio de contienda. Pretendo escudriñar las tensas negociaciones en esta obra entre el llamado político de Cortázar y, por otro lado, su concepto y práctica de una revolución “total”. Este concepto está arraigado en una práctica lúdica y erótica que choca a veces violentamente contra la política del régimen de Castro (que Cortázar nunca deja de apoyar como otros intelectuales en la misma época). En cuanto a su contenido,
es el cuento que más explícitamente intenta la reconciliación de su revolución más profunda con los discursos de la revolución cubana, pero esta aparente reconciliación produce ciertas fisuras en las cuales ya se vislumbra una concepción de la literatura comprometida que no encaja con las recetas cubanas”
Ya podemos empezar a ver a un Cortazar, algo desilusionado pero sin embargo, como aclara Gundermann, no se aleja y se perfila como opositor a Cuba. Si bien el alejamiento es marcado, no hace que cambie su forma de ver la realidad latino-americana. Inclusive, los hechos como el apoyo a los nicaragüenses y sus demás acciones ya mencionadas, se darán prácticamente en paralelo a este desencanto. Así es que comienza a formarse la ideología política cortazariana, socialista, pero alejado del dogmatismo porque su mente quizás buscaba algo más, buscaba un verdadero “hombre nuevo” pero abierto al humor, dispuesto a luchar por la libertad de las personas. Podemos decir, entonces, que la Revolución Cubana, lo transformó una vez, pero volvió a hacerlo más tarde.
Creo haber explicado durante toda la fundamentación de mi tesis la forma que adquirió el cuento “Reunión”. Al principio del ensayo lo definí como una acto de arrepentimiento y no un homenaje, ni siquiera una reivindicación. A lo mejor no es un cuento cortazariano en el que se puedan encontrar sus más conocidas (y fabulosas) características como el juego, los viajes, ni siquiera un leve planteo entre lo irreal o lo real ni tampoco una crítica al pensamiento judeo-cristiano. Pero sí se acerca a otro Cortázar y a otras de sus características que son tan increíbles como las recién nombradas; al idealista, al socialista alejado del dogmatismo pero sí con una mirada firme de la condición de los pueblos de Latinoamérica, a aquél “rebelde”, que busca que su rebeldía esté acompañada por el lector, a ése escritor descontento con el mundo.Y a pesar de ser un cuento totalmente diferente a los demás, por su contenido y aspecto, alejado de lo fantástico y más cercano a la real y casi hasta a la anécdota, ha logrado mantener, de una forma que podríamos considerar sorprendente, una de sus mayores peculiaridades. “Reunión” ha logrado demostrar que un cuento nada fantástico y muy real puede dejar más de una lectura y que un lector debe recrearlo y hasta investigar, lo que nos lleva a descubrir al autor sus pensamientos y hasta poder mirar de otro lado su literatura. Ha dado, sin ninguna duda para mí, una verdadera demostración cabal de su creatividad y su capacidad de atraer la atención de lectores, desde campos diferentes. También me demostró que además de ser un muy lúcido escritor de obras literarias ha sido un muy lúcido idealista y “revolucionario”, en amplios sentidos. Un verdadero “rebelde”…

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