domingo, 15 de junio de 2008

Los Movimientos de Masas argentinos. Parte V

Los movimientos de masas argentinos

Parte V

Yrigoyenismo y Peronismo.


- La transición del Peronismo: Izquierdas y derechas.


Ya revisamos los cambios que ha tenido el Yrigoyenismo a lo largo de la historia, sin embargo, no se parece en nada a los diferentes matices del peronismo. A lo sumo, lo que más cambió fue la ideología que dirigió al radicalismo, pero con la victoria de la política de Yrigoyen, no hubo muchas variaciones, más allá del rol que tomaban frente al peronismo y de que quizás si se diferenciaron en la práctica las dos tendencias radicales.

En cambio vamos a ver como ha cambiado el peronismo. En realidad, no es que siguió una línea causal (o no) de hechos o movimientos. Sino que dentro de su seno han coexistido grupos que iban desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda.

El peronismo dentro de su propio seno, albergó a grupos que lucharon por la “patria socialista” y grupos que apoyaron el accionar de la Triple A y decretaron la “aniquilación de las fuerzas subversivas”. Hay que aclarar, que ninguno de los dos en realidad siguió la doctrina peronista, porque no podemos hablar de patria socialista en un pseudo fascismo pero tampoco el General Perón se convirtió alguna vez en un violento jefe de Estado que asesinó a mansalva, aunque en realidad tampoco durante sus 3 presidencias reinó la paz y la democracia.

Indudablemente como ya vimos, el peronismo con su continuación de la política social yrigoyenista, pero un sistema más industrializado y con un proletariado extenso y en creciente descontento, logró convertirse en un partido obrero. Esa fue la bandera que levantó en sus primeras presidencias, y su público era en su mayoría trabajador. Pero con un Perón en el exilio, con una política argentina devastada por sucesivos golpes de estado, con un peronismo proscrito, una UCR dividida y fragmentada política e ideológicamente, este movimiento empezaría a tomar mucha más fuerza. Ya se había convertido en un partido muy mayoritario, pero al “prohibirse”, indudablemente despertó la curiosidad de la gente, se empezó a sentir ese gusto a lo que no puede hacerse comenzó a ampliar sus bases. Diferentes grupos de la juventud que estaban desilusionados de la política producto de la inestabilidad de la democracia, que veía que los dirigentes políticos de turno buscaban una alianza con Perón para poder ganar una elección, empezó a tomar cariño por una persona que quizás no habían visto gobernar, pero que veían que era el centro de toda discusión, todos querían estar con el, pero al mismo tiempo estaba prohibido. Perón supo dominar esta situación. Sabemos, y no es nada nuevo aclararlo, que el General era un gran estadista, muy inteligente y un hábil estratega. Empezó a la lejanía, desde su exilio en España, a guiar secretamente a este grupo de jóvenes, para ir preparando sigilosamente su regreso. La juventud, empezaba a rodear casi unánimemente la figura de Perón bajo la consigna de la Patria Socialista, cosa que Juan Domingo sin decirlo explícitamente apoyaba, al dirigirse a ellos como “la juventud magnífica”. Pero esta magnífica juventud cometió un error, y como veremos, lo volverá cometer. Ni el radicalismo ni el peronismo pusieron en sus banderas la patria socialista, el socialismo, estaba lejos de ambas doctrinas. El radicalismo, quizás más propenso con su social democracia, con su socialismo moderado y democrático. El peronismo, que surge como un grupo anti comunista, pareciera estar lejos de esa patria soñada. Hasta podría decirse que contradice su esencia. Pero no podemos culpar a una juventud ilusionada que veía que el movimiento obrero de masas argentinos era el peronismo y que creyó en eso para construir, bajo la figura de Perón (pero hasta sin ponerlo como el Gran Líder), la Patria Socialista. Pero no vamos ahondar en este tema, porque en otra entrada del blog lo volveré a tocar.

Retomando al tema, la juventud había tomado un rol dentro del peronismo que nunca había tenido, hasta podría decirse que había tomado una importancia similar al sindicalismo. Con la vuelta de Perón, con un discurso conciliador e entusiasta, la JP, parecía que había encontrado su camino. Pero Perón, reacio como era a los grupos de la juventud (a pesar de haberlos apoyado desde España) los echó de la plaza diciendo que estos “imberbes y estúpidos” querían tomar el lugar que el sindicalismo había tomado “con una larga y extensa lucha”. Este grupo sin dejar de considerarse peronista debería dedicarse a la clandestinidad. De ser la magnífica juventud, el gran futuro de la nación, pasaron a ser “imberbes y estúpidos”.

El tercer gobierno de Perón duraría poco, con su muerte, asumiría el cargo vacante su mujer, Isabel de Perón. Y acá tenemos un grupo de extrema derecha peronista. El grupo que integrará, junto a Menem y todos sus seguidores, de los grupos más siniestros y perversos del peronismo.

Un grupo que había formado del círculo más cercano a Perón en sus últimos días, sería de los peores grupos que tuvo la Argentina. Ya con el general en el gobierno, su mano derecha López Rega había fundado la Triple A, Alianza Anti Comunista Argentina, encargada de asesinar, secuestrar y torturar no sólo a comunistas sino también a cualquier opositor al gobierno. El movimiento se intensificó con la muerte del General. Pero este grupo no podrá detener una incesante crisis política y económica que terminará en el golpe de Estado más sangriento y funesto de la historia argentina. Por incapacidad, por brutalidad, salvajismo y por una intolerancia del oficialismo se llegó al gobierno de facto.

Por ahora podemos apreciar al peronismo con Perón vivo, el peronismo tiene esa diferencia del Yrigoyenismo que es que Yrigoyen murió, y después se sucedieron 70 años de Yrigoyenismo, en cambio el líder justicialista estaría presente en el nacimiento y crecimiento del peronismo, sucediéndose después, tan solo 35 años de peronismo. El peronismo, en esencia ya fue explicado y a eso se le suma una juventud de izquierda y un sector importante de extrema derecha.

Con la dictadura, el peronismo ocuparía un rol fundamental como oposición, sobre todo la juventud, que volvería a soñar en la patria socialista, pero esta vez sin la figura de Perón, encarnándose en ella. Es algo que quizás no entenderé nunca como un grupo que ya había sido decepcionado vuelve a confiar en Perón. Indudablemente el radicalismo empezaba a entrar en crisis (se seguirá debilitando hasta su definitiva caída en el 2001) y se alejaba de poder representar a fervorosos grupos de juventud, sobre todo con la postura pacífica y conciliadora que tomó con el gobierno de facto.

Finalizada la dictadura, el Partido Justicialista elegirá como candidato a Italo Luder, quién será derrotado por el radicalismo inesperadamente. Pero ya sobre el final de la dictadura el radicalismo empezaba a ser dirigido por una persona que se mostraba totalmente opuesta al golpe, Raúl Alfonsín y será un enérgico luchador en contra de la Junta Militar, en cambio, el candidato peronista, e mostrará de acuerdo a indultar a los militares. A esto, seguramente el golpe final, se le sumaría el incendio de un ataúd que decía UCR durante la campaña política. La gente estaba harta de violencia y de intolerancia, y seguramente este acto hizo que no votaran por el peronismo.

Luego del gobierno de Alfonsín (donde el peronismo por medio del sindicalismo se mantuvo como una firme oposición) volvería el Peronismo al gobierno y estaría durante una década. Esta vez de la mano de Menem.

Carlos Saúl Menem, fundador de la Juventud Peronista de Anillaco, asumiría su gobierno en medio de una crisis económica importante y empezaría a impulsar una serie de medidas neoliberales. Acá nace una nueva contradicción dentro del peronismo. Una doctrina esencialmente sindical y nacionalista, tomaría medidas como leyes de flexibidad laboral y privatización de empresas. A pesar de contradecir enormemente la doctrina peronista, volvería a ser elegido. El menemismo cobraría gran importancia, aunque ya para finales de su segunda presidencia, empezó a debilitarse ya que el sistema neoliberal comenzaba a mostrar sus numerosas falencias.

El radicalismo vencería, pero vendría la gran crisis del 2001 y luego de varios presidentes que pasaron unos tras otro en poco tiempo, se llegaría a las elecciones del 2003. A éstas elecciones, luego de una gran crisis económica y política, el radicalismo y el peronismo llegarían fraccionados. Triunfaría un sector del peronismo, contrario al menemismo (aunque había participado de él). Éste sector, el kirchnerismo, representa a esa juventud peronista de izquierda. Hoy en día sigue gobernando el país, con una gran crisis política entre el oficialismo y una fuerte oposición, el campo.

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